A partir del JUEVES 25/9/2008 se inicia el Curso "Taller de Redacción y Corrección de Textos" que se dicta en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
El Taller se dicta todos los jueves de 19 a 21 hs.
Consultas:
Dirección de Cultura
M. T. de Alvear 2230, 5to piso, oficina 508.
Tel. 4508-3800, int. 164
cultura@mail.fsoc.uba.ar
lunes, 22 de septiembre de 2008
miércoles, 26 de diciembre de 2007
Empezar a escribir: ejemplo
No hay forma sencilla de empezar a escribir. Simplemente, se comienza por donde se puede. Suele suceder que hay poco de eso que llaman inspiración. Falta argumento. Faltan personajes. Lo que sobra es necesidad, urgencia. En ese entrevero, la voluntad se hace un poco floja. No dan ganas, menos que menos con este calor. Pero la urgencia está.
Para escribir (tantas veces me pasó) hay que leer. No sé qué, pero hay que leer “algo”. Piglia, por ejemplo, es un buen estímulo. O Soriano. O Cortázar. Pero ese “algo” tendrá que ver con las propias afectaciones, con “algo” que aguijonee la voracidad de la escritura.
Después, el diálogo. Copiar de Rilke: ¿Quién, si yo gritase, me oiría desde los coros de los ángeles?
Y después, responder: “Esa noche volvíamos por la autopista y se me ocurrió pensar que tal vez era demasiado tarde. Lo extraño es que no me refería a nada en particular. La frase salió así, impiadosa y terrible: tal vez es demasiado tarde. Me pregunté tarde para qué. Qué habría olvidado hacer y ya no era posible. Pero no. Sencillamente, era tarde para todo. No es un buen estado de ánimo. Cuando es tarde, el tiempo adquiere otro cariz. Cuando es tarde, ya no importa para qué. Ya los ángeles no escucharán”.
Como ejercicio es bastante básico, pero suele funcionar. No tiene que salir un texto bello. Con que sea un puntapié, alcanza. Luego, sí: hay que hacer la gimnasia. Seguir escribiendo, ver a dónde nos conduce el hilo. Como Ariadna en el laberinto.
Para escribir (tantas veces me pasó) hay que leer. No sé qué, pero hay que leer “algo”. Piglia, por ejemplo, es un buen estímulo. O Soriano. O Cortázar. Pero ese “algo” tendrá que ver con las propias afectaciones, con “algo” que aguijonee la voracidad de la escritura.
Después, el diálogo. Copiar de Rilke: ¿Quién, si yo gritase, me oiría desde los coros de los ángeles?
Y después, responder: “Esa noche volvíamos por la autopista y se me ocurrió pensar que tal vez era demasiado tarde. Lo extraño es que no me refería a nada en particular. La frase salió así, impiadosa y terrible: tal vez es demasiado tarde. Me pregunté tarde para qué. Qué habría olvidado hacer y ya no era posible. Pero no. Sencillamente, era tarde para todo. No es un buen estado de ánimo. Cuando es tarde, el tiempo adquiere otro cariz. Cuando es tarde, ya no importa para qué. Ya los ángeles no escucharán”.
Como ejercicio es bastante básico, pero suele funcionar. No tiene que salir un texto bello. Con que sea un puntapié, alcanza. Luego, sí: hay que hacer la gimnasia. Seguir escribiendo, ver a dónde nos conduce el hilo. Como Ariadna en el laberinto.
miércoles, 19 de diciembre de 2007
2008
Es mi deseo que 2008 sea un año de maravillosas nuevas experiencias para todos.
Va una propuesta un poco fuera de moda, pero que considero bella y emotiva:
Receta para fin de año: árbol de la vida
1. Tome varias hojas de papel (si son de colores, mejor) , una tijera, unos marcadores y una guirnalda navideña.
2. Recorte los papeles dándoles forma de hoja (de árbol).
3. Anote en esas hojas los nombres de las personas queridas, de los que ya no están, de los que están lejos... En otras hojas, anote buenos deseos.
4. Elija un rincón de la casa (una pared, una ventana) y vaya pegando las hojas formando la copa de un árbol. Intercale nombres y buenos deseos.
5. Con la guirnalda, forme el tronco.
Para recordar:
Tener la intención de dar un abrazo, no es dar un abrazo.
Tener la intención de transformar la realidad, no es transformarla.
Ya sea para dar un abrazo como para transformar la realidad, sólo la acción con reflexión puede hacernos avanzar.
Va una propuesta un poco fuera de moda, pero que considero bella y emotiva:
Receta para fin de año: árbol de la vida
1. Tome varias hojas de papel (si son de colores, mejor) , una tijera, unos marcadores y una guirnalda navideña.
2. Recorte los papeles dándoles forma de hoja (de árbol).
3. Anote en esas hojas los nombres de las personas queridas, de los que ya no están, de los que están lejos... En otras hojas, anote buenos deseos.
4. Elija un rincón de la casa (una pared, una ventana) y vaya pegando las hojas formando la copa de un árbol. Intercale nombres y buenos deseos.
5. Con la guirnalda, forme el tronco.
Para recordar:
Tener la intención de dar un abrazo, no es dar un abrazo.
Tener la intención de transformar la realidad, no es transformarla.
Ya sea para dar un abrazo como para transformar la realidad, sólo la acción con reflexión puede hacernos avanzar.
miércoles, 14 de noviembre de 2007
Recomendaciones generales para de la escritura y la corrección de textos
Para obtener fluidez en la escritura, tenga en claro cuál es el destinatario del texto, cuál es su objetivo y cuáles son los hechos o ideas que va a manifestar y dónde y cuándo ocurren.
Para lograr un estilo propio, es necesario leer mucho. Si empieza a leer un texto y lo aburre enseguida, quizás no sea “su” autor. Siga buscando, “dialogue” con los escritores.
Para que un texto tenga coherencia, es preciso que haya buen desarrollo de las ideas: el texto debe estar organizado y se debe poder “captar” la progresión y la conexión de tales ideas. Es necesario que todo texto tenga ejes lógicos y/o cronológicos. Por eso, la coherencia se busca junto con la cohesión.
La cohesión implica guiar al lector a través del texto y se logra mediante el buen uso de conectores expresivos y lógicos, una sintaxis apropiada y el adecuado uso de los signos de puntuación.
Establezca un plan de trabajo: tome notas, haga esquemas, “diseñe” su texto; planifique las tareas considerando tiempos y formas (no se olvide de incorporar la corrección como parte del cronograma de trabajo).
La lectura es una inagotable fuente de recursos: herramientas de redacción y estilo se ofrecen al lector ávido, de forma gratuita y sin mayor compromiso. Pero es preciso fomentar esa avidez: lea mucho, dialogue con los autores (esta guía ya lo propuso, pero no está de más repetirlo), comente textos, haga anotaciones al margen o en un anotador, dibuje imágenes que se le aparecen al leer.
La lectura abre las puertas a otros mundos, visiones y percepciones; predispone a la escritura; relaja; estimula la creatividad en la escritura y en otros aspectos de la vida; enseña y brinda contenidos; despierta recuerdos y genera sensaciones…
Sugerido:
http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/
Para lograr un estilo propio, es necesario leer mucho. Si empieza a leer un texto y lo aburre enseguida, quizás no sea “su” autor. Siga buscando, “dialogue” con los escritores.
Para que un texto tenga coherencia, es preciso que haya buen desarrollo de las ideas: el texto debe estar organizado y se debe poder “captar” la progresión y la conexión de tales ideas. Es necesario que todo texto tenga ejes lógicos y/o cronológicos. Por eso, la coherencia se busca junto con la cohesión.
La cohesión implica guiar al lector a través del texto y se logra mediante el buen uso de conectores expresivos y lógicos, una sintaxis apropiada y el adecuado uso de los signos de puntuación.
Establezca un plan de trabajo: tome notas, haga esquemas, “diseñe” su texto; planifique las tareas considerando tiempos y formas (no se olvide de incorporar la corrección como parte del cronograma de trabajo).
La lectura es una inagotable fuente de recursos: herramientas de redacción y estilo se ofrecen al lector ávido, de forma gratuita y sin mayor compromiso. Pero es preciso fomentar esa avidez: lea mucho, dialogue con los autores (esta guía ya lo propuso, pero no está de más repetirlo), comente textos, haga anotaciones al margen o en un anotador, dibuje imágenes que se le aparecen al leer.
La lectura abre las puertas a otros mundos, visiones y percepciones; predispone a la escritura; relaja; estimula la creatividad en la escritura y en otros aspectos de la vida; enseña y brinda contenidos; despierta recuerdos y genera sensaciones…
Sugerido:
http://www.bdp.org.ar/facultad/catedras/comsoc/redaccion1/unidades/
martes, 13 de noviembre de 2007
Dudas sobre el uso de mayúsculas
¿Caja Fuerte o caja fuerte?
No es difícil encontrar frases como ésta: "téngase por constituído el domicilio de la demandada en los Estrados del Juzgado y resérvese en Caja Fuerte la documentación acompañada".
En general, en el ámbito forense se nota falta de precisión en el uso de las mayúsculas y una tendencia a utilizarlas, como en el caso de la caja fuerte, con inconsciente propósito de darle más fortaleza y lograr un mayor respeto por ella.
Pero la realidad es que ninguna regla gramatical autoriza a escribir con mayúsculas "estrados del juzgado" ni "caja fuerte", salvo que nos colocáramos en la hipótesis de que fuesen la denominación de fantasía de algún bar, caso en que habrían adquirido la categoría de nombres propios.
¿Nomenclatura Catastral o nomenclatura catastral?
Pocas veces encontramos esta expresión escrita con minúsculas. La mayoría utiliza las mayúsculas para este sustantivo común compuesto, sin haberse preguntado nunca el porqué.
Las reglas gramaticales, en este rubro, son muy simples: sólo deben utilizarse las mayúsculas para el comienzo de párrafo, después de un punto, títulos de una obra, símbolos nacionales, fechas conmemorativas, nombres propios y de poderes públicos. Pero como los seres humanos tenemos especial vocación de complicar todo, creyendo que ello nos eleva a categorías superiores, nos inclinamos a escribir "Nomenclatura Catastral" y hasta "Circunscripción", "Manzana" o "Parcela", sin reparar en el abuso de mayúsculas que estamos haciendo.
¿Contador Público Nacional o contador público nacional?
Si bien es correcta la abreviatura C.P.N., carece de sentido mantener las mayúsculas cuando redactamos las palabras completas. De igual manera debemos manejarnos cuando utilizamos los términos ingeniero, médico o abogado, como al escribir almacenero, plomero o martillero. Nuestro idioma no hace distinción entre profesionales con título universitario y aquellos que no lo tienen.
Aplicando la ¿Ley 20.213 o ley 20.213?
Con indeseada frecuencia, se pueden encontrar en los expedientes judiciales las palabras ley, decreto, acordada u ordenanza escritas con mayúsculas. Sólo hay razón para hacerlo así cuando nos referimos al nombre de una ley determinada, por ejemplo: Ley de Concursos y Quiebras, Ley de Convertibilidad del Austral, Ley de Accidentes de Trabajo.
¿Sr. Juez o Sr. juez?
En un trabajo del Dr. Augusto César Belluscio, del año 1988, se lee: "Existe... una tan curiosa como errónea costumbre, que es la de dar a la mayúscula un sentido de respeto o reverencia. Así, difícilmente un abogado encabece un escrito con la frase "Señor juez"; seguramente escribirá "Señor Juez". Sin embargo, incurre en un error gramatical puesto que no se trata del nombre del juez sino de su identificación por la función que desempeña, la que no es un nombre propio, sino común."
En consonancia con ello, cabe hacer notar que en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y, entre otros, los de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, reiteradamente aparecen las palabras juez y secretario, siempre escritas con minúsculas.
Hasta aquí la cosa se presenta clara pero, en el mismo trabajo del Dr. Belluscio -párrafos más adelante-, nos vuelve a crear la duda cuando expresa: "Advierto que la gramática de la Real Academia dice, sin abrir juicio sobre si es correcto o no, que en las leyes, decretos y documentos oficiales suelen escribirse con mayúscula todas las palabras que expresan poder, poder público, dignidad o cargo importante".
¿Excelentísima Cámara Departamental o excelentísima cámara departamental?
Si escribimos "Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento de Azul", estamos haciéndolo en forma correcta, ya que se trata de un nombre propio; pero si nos referimos a ese mismo organismo diciendo "cámara departamental" es incorrecto utilizar letras mayúsculas. El hecho de que la referencia sea inequívoca, no puede equipararse al primer caso: cuando yo digo "mi padre", aludo a una única persona, pero jamás lo escribo con mayúsculas.
Más carente de sentido es poner "Excelentísima". Aquí volvemos a lo que decía Belluscio: es un error dar a las mayúsculas un sentido de respeto o reverencia. Su utilización se debe sólo a razones gramaticales: distinguir un nombre propio de uno común, visualizar gráficamente el comienzo de una frase o de un párrafo. Además ¿no demuestra suficiente respetuosidad y jerarquización utilizar el superlativo "excelentísima"? ... ¿porqué introducir una fantasía que no cabe en nuestro idioma?. Es de suponer que los camaristas conocen las reglas ortográficas, y ninguno de ellos podría sentirse disminuído cuando aparezca la reverencia hecha de esta última manera.
¿Asamblea General Extraordinaria o asamblea general extraordinaria?
Es interminable la lista de las expresiones donde habitualmente se abusa de las mayúsculas. Sería un trabajo infructuoso pretender recopilar a todas, pero no puedo dejar de recordar algo tan frecuente como la que encabeza este párrafo... es práctica de todos los días... ¿se logrará el quórum con mayor facilidad, al convocar de esa manera?.
Y también he visto "Asamblea ordinaria y Extraordinaria", donde se ha hecho una caprichosa distinción
¿Actuario o actuario?
En latín, actuarius-ii, significa escribano. En nuestros tribunales es habitual ver utilizada la palabra "actuario" como sinónimo de secretario. Ello es correcto y, cabe aclarar, que el diccionario reserva ese término para los funcionarios judiciales que dan fe de los actos procesales, y no la adjudica a cualquier otra persona que redacte actas.
Pero no hay ninguna razón para escribirla con mayúscula, como lamentablemente lo vemos con frecuencia.
Para completar este tema, cabe hacer notar otra acepción que ha surgido en el campo de las ciencias económicas en los últimos tiempos. Allí se denomina "actuario" al profesional cuyo objetivo es valuar los hechos de entidades sujetas a riesgos, como compañías de seguros, entes de previsión, regímenes jubilatorios y de salud; sistema financiero, sistema bursátil, capitalización y ahorro, fondos de inversión. Fundamentalmente, aplican las leyes de la probabilidad a los fenómenos económicos y sociales.
¿Internet o internet?
La tan difundida palabra “internet”, nació como sigla de International Networking, cuya traducción literal es “red internacional”, y un concepto más preciso “red de redes”.
Forma parte de algunas marcas registradas como Internet Explorer, o Internet Argentina, pero aisladamente no es un nombre propio. Su uso se ha generalizado tanto que ha pasado a ser un sustantivo común, y escribirla con mayúscula es tan erróneo como si pusiéramos “Teléfono”.
Fuente: www.legalmania.com
No es difícil encontrar frases como ésta: "téngase por constituído el domicilio de la demandada en los Estrados del Juzgado y resérvese en Caja Fuerte la documentación acompañada".
En general, en el ámbito forense se nota falta de precisión en el uso de las mayúsculas y una tendencia a utilizarlas, como en el caso de la caja fuerte, con inconsciente propósito de darle más fortaleza y lograr un mayor respeto por ella.
Pero la realidad es que ninguna regla gramatical autoriza a escribir con mayúsculas "estrados del juzgado" ni "caja fuerte", salvo que nos colocáramos en la hipótesis de que fuesen la denominación de fantasía de algún bar, caso en que habrían adquirido la categoría de nombres propios.
¿Nomenclatura Catastral o nomenclatura catastral?
Pocas veces encontramos esta expresión escrita con minúsculas. La mayoría utiliza las mayúsculas para este sustantivo común compuesto, sin haberse preguntado nunca el porqué.
Las reglas gramaticales, en este rubro, son muy simples: sólo deben utilizarse las mayúsculas para el comienzo de párrafo, después de un punto, títulos de una obra, símbolos nacionales, fechas conmemorativas, nombres propios y de poderes públicos. Pero como los seres humanos tenemos especial vocación de complicar todo, creyendo que ello nos eleva a categorías superiores, nos inclinamos a escribir "Nomenclatura Catastral" y hasta "Circunscripción", "Manzana" o "Parcela", sin reparar en el abuso de mayúsculas que estamos haciendo.
¿Contador Público Nacional o contador público nacional?
Si bien es correcta la abreviatura C.P.N., carece de sentido mantener las mayúsculas cuando redactamos las palabras completas. De igual manera debemos manejarnos cuando utilizamos los términos ingeniero, médico o abogado, como al escribir almacenero, plomero o martillero. Nuestro idioma no hace distinción entre profesionales con título universitario y aquellos que no lo tienen.
Aplicando la ¿Ley 20.213 o ley 20.213?
Con indeseada frecuencia, se pueden encontrar en los expedientes judiciales las palabras ley, decreto, acordada u ordenanza escritas con mayúsculas. Sólo hay razón para hacerlo así cuando nos referimos al nombre de una ley determinada, por ejemplo: Ley de Concursos y Quiebras, Ley de Convertibilidad del Austral, Ley de Accidentes de Trabajo.
¿Sr. Juez o Sr. juez?
En un trabajo del Dr. Augusto César Belluscio, del año 1988, se lee: "Existe... una tan curiosa como errónea costumbre, que es la de dar a la mayúscula un sentido de respeto o reverencia. Así, difícilmente un abogado encabece un escrito con la frase "Señor juez"; seguramente escribirá "Señor Juez". Sin embargo, incurre en un error gramatical puesto que no se trata del nombre del juez sino de su identificación por la función que desempeña, la que no es un nombre propio, sino común."
En consonancia con ello, cabe hacer notar que en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación y, entre otros, los de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, reiteradamente aparecen las palabras juez y secretario, siempre escritas con minúsculas.
Hasta aquí la cosa se presenta clara pero, en el mismo trabajo del Dr. Belluscio -párrafos más adelante-, nos vuelve a crear la duda cuando expresa: "Advierto que la gramática de la Real Academia dice, sin abrir juicio sobre si es correcto o no, que en las leyes, decretos y documentos oficiales suelen escribirse con mayúscula todas las palabras que expresan poder, poder público, dignidad o cargo importante".
¿Excelentísima Cámara Departamental o excelentísima cámara departamental?
Si escribimos "Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento de Azul", estamos haciéndolo en forma correcta, ya que se trata de un nombre propio; pero si nos referimos a ese mismo organismo diciendo "cámara departamental" es incorrecto utilizar letras mayúsculas. El hecho de que la referencia sea inequívoca, no puede equipararse al primer caso: cuando yo digo "mi padre", aludo a una única persona, pero jamás lo escribo con mayúsculas.
Más carente de sentido es poner "Excelentísima". Aquí volvemos a lo que decía Belluscio: es un error dar a las mayúsculas un sentido de respeto o reverencia. Su utilización se debe sólo a razones gramaticales: distinguir un nombre propio de uno común, visualizar gráficamente el comienzo de una frase o de un párrafo. Además ¿no demuestra suficiente respetuosidad y jerarquización utilizar el superlativo "excelentísima"? ... ¿porqué introducir una fantasía que no cabe en nuestro idioma?. Es de suponer que los camaristas conocen las reglas ortográficas, y ninguno de ellos podría sentirse disminuído cuando aparezca la reverencia hecha de esta última manera.
¿Asamblea General Extraordinaria o asamblea general extraordinaria?
Es interminable la lista de las expresiones donde habitualmente se abusa de las mayúsculas. Sería un trabajo infructuoso pretender recopilar a todas, pero no puedo dejar de recordar algo tan frecuente como la que encabeza este párrafo... es práctica de todos los días... ¿se logrará el quórum con mayor facilidad, al convocar de esa manera?.
Y también he visto "Asamblea ordinaria y Extraordinaria", donde se ha hecho una caprichosa distinción
¿Actuario o actuario?
En latín, actuarius-ii, significa escribano. En nuestros tribunales es habitual ver utilizada la palabra "actuario" como sinónimo de secretario. Ello es correcto y, cabe aclarar, que el diccionario reserva ese término para los funcionarios judiciales que dan fe de los actos procesales, y no la adjudica a cualquier otra persona que redacte actas.
Pero no hay ninguna razón para escribirla con mayúscula, como lamentablemente lo vemos con frecuencia.
Para completar este tema, cabe hacer notar otra acepción que ha surgido en el campo de las ciencias económicas en los últimos tiempos. Allí se denomina "actuario" al profesional cuyo objetivo es valuar los hechos de entidades sujetas a riesgos, como compañías de seguros, entes de previsión, regímenes jubilatorios y de salud; sistema financiero, sistema bursátil, capitalización y ahorro, fondos de inversión. Fundamentalmente, aplican las leyes de la probabilidad a los fenómenos económicos y sociales.
¿Internet o internet?
La tan difundida palabra “internet”, nació como sigla de International Networking, cuya traducción literal es “red internacional”, y un concepto más preciso “red de redes”.
Forma parte de algunas marcas registradas como Internet Explorer, o Internet Argentina, pero aisladamente no es un nombre propio. Su uso se ha generalizado tanto que ha pasado a ser un sustantivo común, y escribirla con mayúscula es tan erróneo como si pusiéramos “Teléfono”.
Fuente: www.legalmania.com
viernes, 9 de noviembre de 2007
A mano alzada
"Es poco tiempo", me dicen algunos asiduos de los talleres de escritura.
"Hace falta más práctica", señalan otros.
Estoy de acuerdo. Pero, más allá de los límites que el calendario académico impone, hay una cosa cierta: no se puede "aprender a escribir" o "escribir mejor" sin práctica.
El objetivo de estos talleres ha sido siempre doble: por un lado, brindar herramientas para la escritura y corrección de textos; por otro, estimular las ganas de escribir y de curiosear por las textualidades escritas y sus entornos. Hay una parte del camino que deberán hacer solos: escribir.
Hay algo de soledad en ese acto, soledad que nos reconciliará con el mundo o que nos hará doler el alma. Pero es necesaria. Es el parto del escritor.
Un taller es sólo un estímulo. Y es nada menos que un estímulo.
Por eso: gracias a todos los que, en estos siete años, han pasado por este espacio donde espero hayan encontrado algunas claves para la escritura y una respuesta a sus inquietudes literarias.
"Hace falta más práctica", señalan otros.
Estoy de acuerdo. Pero, más allá de los límites que el calendario académico impone, hay una cosa cierta: no se puede "aprender a escribir" o "escribir mejor" sin práctica.
El objetivo de estos talleres ha sido siempre doble: por un lado, brindar herramientas para la escritura y corrección de textos; por otro, estimular las ganas de escribir y de curiosear por las textualidades escritas y sus entornos. Hay una parte del camino que deberán hacer solos: escribir.
Hay algo de soledad en ese acto, soledad que nos reconciliará con el mundo o que nos hará doler el alma. Pero es necesaria. Es el parto del escritor.
Un taller es sólo un estímulo. Y es nada menos que un estímulo.
Por eso: gracias a todos los que, en estos siete años, han pasado por este espacio donde espero hayan encontrado algunas claves para la escritura y una respuesta a sus inquietudes literarias.
miércoles, 3 de octubre de 2007
Para leer
Algunos alumnos me han solicitado recomendaciones para leer un poco más, para salir de las lecturas cotidianas –el diario, los textos académicos y técnicos a los que estamos acostumbrados–. No es tarea sencilla, ya que cada uno debe encontrar entre sus propios gustos, las inclinaciones a la lectura que le resulten más adecuadas y entretenidas o interesantes.
Como primera medida, recomiendo identificar qué tipo de lecturas buscan: cuentos, novelas, poesía, ensayo, periodístico…
Luego, dentro de cada caso, ver el género específico. Por ejemplo: la novela puede ser testimonial, autobiográfica, histórica, romántica, policial, etc.
Unos pocos de muestra, como para empezar…
Autores argentinos recomendados –cada uno incurrió en diferentes géneros-: Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano, Rodolfo Walsh, Enrique Anderson Imbert, Abelardo Castillo…
Autores latinoamericanos recomendados: Mario Benedetti, Augusto Monterroso, Eduardo Galeano, Alejo Carpentier…
Estas recomendaciones nacen de mi propio gusto, pero también los seleccioné con el criterio de la lectura llevadera, el estilo claro, cierta inclinación al humorismo –en algunos casos– y los tipos de recursos que utilizan.
Les paso algunas páginas web en las que van a encontrar autores y algunas muestras de sus cuentos y demás textos:
http://www.negrofontanarrosa.com
http://www.letropolis.com.ar
http://www.bolinfodecarlos.com.ar/cuentos.htm
http://www.lamaquinadeltiempo.com/
En la página siguiente:
http://www.educared.org.ar/guiadeletras/
van a encontrar un listado bastante extenso de autores y links para que vayan sondeando los caminos de la lectura.
Recomendación general
Para encontrar qué leer, hay que ir leyendo. No queda otra. Internet es una herramienta muy útil para ir buscando el camino. Recorrer las librerías, espiar entre las páginas de los libros que nos llaman la atención, es otro recurso.
Sólo queda por decir: adelante con la búsqueda.
Como primera medida, recomiendo identificar qué tipo de lecturas buscan: cuentos, novelas, poesía, ensayo, periodístico…
Luego, dentro de cada caso, ver el género específico. Por ejemplo: la novela puede ser testimonial, autobiográfica, histórica, romántica, policial, etc.
Unos pocos de muestra, como para empezar…
Autores argentinos recomendados –cada uno incurrió en diferentes géneros-: Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano, Rodolfo Walsh, Enrique Anderson Imbert, Abelardo Castillo…
Autores latinoamericanos recomendados: Mario Benedetti, Augusto Monterroso, Eduardo Galeano, Alejo Carpentier…
Estas recomendaciones nacen de mi propio gusto, pero también los seleccioné con el criterio de la lectura llevadera, el estilo claro, cierta inclinación al humorismo –en algunos casos– y los tipos de recursos que utilizan.
Les paso algunas páginas web en las que van a encontrar autores y algunas muestras de sus cuentos y demás textos:
http://www.negrofontanarrosa.com
http://www.letropolis.com.ar
http://www.bolinfodecarlos.com.ar/cuentos.htm
http://www.lamaquinadeltiempo.com/
En la página siguiente:
http://www.educared.org.ar/guiadeletras/
van a encontrar un listado bastante extenso de autores y links para que vayan sondeando los caminos de la lectura.
Recomendación general
Para encontrar qué leer, hay que ir leyendo. No queda otra. Internet es una herramienta muy útil para ir buscando el camino. Recorrer las librerías, espiar entre las páginas de los libros que nos llaman la atención, es otro recurso.
Sólo queda por decir: adelante con la búsqueda.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)